Estaba pensando con qué monólogo despedir a mi buen amigo Drako, del que hoy me despido temporalmente. Le he dado vueltas y he pensado que, para animarle, nada mejor que recordarle de la que se ha librado de hacer su viaje en avión; y todo ello sin contar el viaje. Así que aquí traigo uno de los mejores monólogos que le recuerdo a Santi Rodríguez.
Hasta más ver, compañero.
domingo, 23 de noviembre de 2008
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